La falta de menstruación junto con las náuseas matutinas suele ser dos de los primeros síntomas de embarazo. Son más del 70% de las futuras mamás las que sufren de náuseas los primeros meses de embarazo. El equipo de ginecólogos de Clínica Pedrosa te ayudaremos a reducir las angustiosas náuseas en el embarazo. No dejes de leer este artículo, seguro que te ayudara a resolver muchas dudas.
Náuseas en el embarazo
Es muy común experimentar, durante el primer trimestre del embarazo, episodios de náuseas y vómitos, conocidos como «náuseas del embarazo» o «vómitos matutinos».
A pesar del uso de la segunda expresión “matutinos”, las náuseas y los vómitos pueden ocurrir en cualquier momento del día o de la noche. Estas náuseas suelen iniciarse durante el primer mes de embarazo y continuar a lo largo de las semanas 14 a 16 (tercer o cuarto mes) para desaparecer al poco tiempo entre las semanas 16 y 18. La mayoría de las mujeres suelen tener náuseas, y cerca de una tercera parte presenta vómitos, por lo que son una parte normal del estado de gestación.
Las náuseas del embarazo no influyen en la salud del bebé de ninguna manera. Si tenemos náuseas y vómitos puede que percibamos una leve pérdida de peso durante el primer trimestre, preocupando a la futura mamá, pero es algo que habitualmente remitirá a lo largo de la gestación y que no afecta en el desarrollo óptimo del bebé.
Cada mujer experimenta el embarazo de diferente manera. Tener náuseas en un primer embarazo no significa que tengamos que presentarlas en un segundo. A pesar de los mitos sobre el embarazo y las náuseas matutinas, las náuseas y vómitos no están relacionadas con el sexo del bebé.
Causas de las náuseas
El embarazo es una etapa llena de cambios para la mujer. El cuerpo se encuentra expuesto a multitud de sensaciones y respuestas fisiológicas debido a los siguientes factores:
- Los cambios hormonales en el embarazo. La alta producción de la hormona progesterona es la principal causa de las náuseas y vómitos durante los primeros meses del embarazo.
- Las defensas inmunitarias.
- Estreñimiento.
- La respuesta psicológica. El estrés emocional, los cambios, los viajes o algunos alimentos pueden hacer que el problema empeore.
- La cinetosis.
- El desarrollo del sentido del olfato es más sensible a detectar olores de manera más intensa durante el embarazo.
Cómo aliviamos las náuseas
- Intentar mantener una dieta ligera en el embarazo.
- Aumentar el aporte de zinc.
- Eliminar alimentos muy especiados, grasos, fritos o conservas en lata, que pueden ralentizar la digestión.
- Comer pequeñas cantidades varias veces al día.
- Evita tomar líquidos apenas levantarte, pero intenta tener en la mesita alimentos secos y salados, como tostadas de pan. Al despertar las náuseas suelen ser más fuertes, porque el estómago esta vacío.
- Evita tomar, durante el día, bebidas dulces.
- Si te cuesta controlar las náuseas, toma copos de avena o un chicle.
- Evita los alimentos y olores fuertes y desagradables.
- No descansar bien puede empeorar las nauseas.
- Para asentar el estómago prueba con el jengibre, pero consulta antes con tu médico.
Complicaciones de náuseas
Como hemos dicho, las náuseas y los vómitos en el embarazo son muy frecuentes y aunque resultan molestas, las náuseas se consideran una parte normal de un embarazo sano. Pero lo que no es normal, es cuando las náuseas del embarazo son tan frecuentes e intensas que la mujer vomita de forma repetida varias veces al día, pierde peso y se deshidrata o corre el riesgo de deshidratarse.
Cuando este malestar relacionado con el embarazo no se trata, puede interferir considerablemente en la salud de la mujer y en las posibilidades de que su bebé se desarrolle con normalidad.
Cuando las náuseas durante el embarazo se les considera grave se les conoce con el nombre de «hiperémesis gravídica» (que significa «vómitos excesivos durante el embarazo»). Suele seguir muy similar a las náuseas del embarazo habituales, aunque suele iniciase antes, entre la cuarta y la quinta semana y duran más tiempo.
Es cierto que algunas mujeres con náuseas durante el embarazo de carácter grave mejoran cuando concluye la primera mitad del embarazo (en torno a la vigésima semana), sin embargo, algunas otras las siguen experimentando hasta el final del embarazo. Aunque, en la inmensa mayoría de los casos, los síntomas pierden intensidad conforme va avanzando la gestación.
Dentro de las características de la hiperémesis gravídica y en la mayoría de los casos, esta afección ocurre durante el primer embarazo de una mujer, siendo las mujeres que la presentan vulnerables a volver a tener los síntomas en un embarazo posterior.
Causas de náuseas en el embarazo
Se desconoce las causas exactas de la hiperémesis gravídica. Diversos estudios sugieren que esta afección podría estar relacionada con los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo. Concretamente, con la hormona denominada gonadotropina coriónica humana, o GCH. La hiperémesis gravídica ocurriría cuando las concentraciones de GCH son mayores en el cuerpo de la mujer.
A su vez, la hiperémesis gravídica también podría ser hereditaria, ya que se da con mayor probabilidad en los casos en los que las mujeres embarazadas vienen de familiares cercanas (madres y hermanas) que la han padecido.
Factores de riesgo de las náuseas
Son varios los factores que pueden aumentar las probabilidades de que una mujer presente hiperémesis gravídica durante el embarazo. A continuación, destacamos los más relevantes:
- Embarazo múltiple (gemelos o mellizos);
- Familiares cercanos que la han padecido;
- Antecedentes de mareo por movimiento o cinetosis;
- Dolores de cabeza tipo migraña acompañados de náuseas o vómitos.
Síntomas de náuseas graves
Te recomendamos visitar a tu médico si presentas los siguientes síntomas:
- Náuseas que persisten a lo largo de todo el día y dificultan la acción de comer y/o beber.
- Vómitos que ocurren tres o cuatro veces al día o incapacidad de retener cualquier alimento o bebida en el estómago.
- Vómitos de color tirando a marrón o con sangre o vetas de sangre.
- Pérdida de peso.
- Desmayo, vértigo y/o pérdida del equilibrio.
- Disminución de la cantidad de orina.
- Aceleración de la frecuencia cardíaca.
- Dolores de cabeza recurrentes.
- Olor corporal desagradable o sabor frutado en la boca.
- Fatiga extrema.
- Confusión.
