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¿Tu fallo de implantación embrionaria podría estar causado por una endometritis crónica?

Índice

¿Qué es la endometritis?

La endometritis es la inflamación del endometrio, que es la capa de mucosa que cubre la cavidad uterina. Suele ser la localización más frecuente de la infección puerperal. Es importante no confundir la endometritis con la endometriosis. Conozcamos la diferencia:

  • Endometritis 

Es la inflamación o irritación del revestimiento del útero debida a una infección por bacterias vaginales o una enfermedad te transmisión sexual (ETS).

  • Endometriosis

La endometriosis es un trastorno a menudo doloroso en el cual el tejido similar al tejido que normalmente recubre el interior del útero —el endometrio— crece fuera del útero. La endometriosis afecta más comúnmente a los ovarios, las trompas de Falopio y el tejido que recubre la pelvis.

Causas  

 

Las causas dependerán del tipo de endometritis que padece la mujer. La endometritis puede estar causada por una infección o en enfermedad de transmisión sexual (ETS) como la clamidia, la gonorrea, tuberculosis o la vaginosis bacteriana. La endometritis puerperal puede presentarse después de un espontáneo, un parto, una cesárea o un parto prolongado; y la endometritis crónica es asintomática y es la inflamación persistente del endometrio. Para la medicina de reproducción asistida y fertilidad es importante detectar este tipo de endometritis crónica ya que puede ser causa de abortos involuntarios o falta de implantación embrionaria.

¿Tu fallo de implantación embrionaria podría estar causado por una endometritis crónica?

Actualmente, tenemos estudios que demuestran que la endometritis crónica es una patología que afecta a una gran parte de mujeres con algún tipo de infertilidad y entre más de la mitad de los casos en el que tiene lugar el aborto de repetición o el fallo de implantación.

El fallo de implantación y/o el aborto de repetición son debidas a  múltiples causas que influyen en dos compartimentos: por un lado, el embrión es causante de estos problemas porque en algunos casos es portador de alguna alteración cromosómica y por otro lado, el ambiente uterino alterado es también responsable de ambas patologías.

En relación al ambiente uterino alterado las malformaciones uterinas, la presencia de miomas y úteros dismórficos son en la mayoría de las ocasiones los agentes causantes. Otras veces, son las alteraciones de la coagulación (trombofilias) y del sistema inmunológico los causante del fallo de implantación y del aborto recurrente.

Como hemos comentado, la endometritis crónica, es una inflamación que no suele presentar síntomas notorios (asintomática) por lo que se requiere de la identificación histológica de células plasmáticas en el estroma del endometrio.

Podemos diagnosticar la endometritis crónica con la histeroscopia y/o la biopsia endometrial más un estudio anatomopatológico. La biopsia endometrial y la presencia de células plasmáticas mediante  técnicas de inmunohistoquímica como la tinción con marcadores CD138 son específicos de las células plasmáticas. 

El tratamiento de la endometritis crónica se realiza a partir de conocimiento del agente infeccioso mediante técnicas de cultivo endometrial o técnicas de secuenciación masiva (NGS) para recetar un tratamiento antibiótico específico contra dicho germen. En caso de no conocerlo, daríamos un tratamiento empírico con antibióticos que cubren los gérmenes más habituales de esta infección.

En general, el tratamiento para acabar con la endometritis crónica en las mujeres con fallos de FIV se logra con la gestación en un nuevo intento y aquellas con abortos recurrentes evolucionan favorablemente y finalizan con embarazos a término y el nacimiento de un bebé sano.

Factores de riesgo de la endometritis

Existen un conjunto de factores de riesgo que facilitan la aparición de la endometritis, destacamos los siguientes:

Dilatación y legrado.

– Biopsia de endometrio.

– Histeroscopia o visualización de la cavidad uterina mediante una lente.

– Colocación de un dispositivo intrauterino (DIU).

– El parto.

Signos y síntomas

Podemos sospechar de la existencia de endometritis a partir de las siguientes señales de alarma:

– Malestar general.

– Fiebre moderada o alta.

– Dolor pélvico.

– Dolor abdominal.

– Sangrado vaginal anormal.

– Secreción vaginal anormal de olor y consistencia atípicas.

– Estreñimiento.

– Abdomen distendido.

En el caso de la endometritis crónica la detección resulta más complica al ser en la mayoría de los casos asintomática o tener síntomas inespecíficos como hemorragias uterinas que no tienen relación con el periodo menstrual, flujo maloliente anormales y dolor pélvico.

Diagnóstico de la endometritis 

Para obtener un diagnóstico de la endometritis es muy importante visitar a nuestro ginecólogo para realizar un examen pélvico. La doctora Pedrosa en Clínica Pedrosa comprobará si hay sensibilidad abdominal en el bajo abdomen y disminución de los sonidos intestinales. Además, recogerá muestras de secreciones del cuello uterino para afirmar o descartar la existencia de clamidia, gonorrea y otros microorganismos.

También podría valorar la posibilidad de tomar una muestra de tejido endometrial o realizar una laparoscopia. Además, se solicitará un análisis de sangre para conocer el recuento de glóbulos blancos y cultivos de orina, sobre todo, para los casos de la endometritis puerperal.

Tratamiento

El tratamiento de la endometritis dependerá del tipo de endometritis. En general, el tratamiento recomendado será:

  • Mantener reposo.
  • Tomar líquidos.
  • Tener una adecuada salud e higiene sexual.
  • Antibióticos.

¿Qué puedo hacer para prevenir la endometritis?

Las medidas que recomendamos para prevenir la endometritis se centran en aquellas mujeres que tiene una infección por enfermedad de transmisión sexual. En estos casos, es fundamental mantener la abstinencia sexual hasta que el tratamiento consiga superar la patología y poder mantener relaciones sexuales seguras con el uso de preservativos para evitar las relaciones sexuales de riesgo.

 

 

 

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