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Mastopatía fibroquística

Mastopatía fibroquística

Índice

Todas las mujeres sentimos miedo al palpar algún tipo de dureza o masa sospechosa en la mama. Nos mantenemos en alerta en cada examen físico mamario, ecográfico o mamográfico pensando que podríamos encontrar algo, y lo que no sabemos es que lo raro es encontrar una mujer mayor de 35 años a quien no le hayan confirmado tener un quiste en la mama o que su mama es mastopática. En este artículo queremos facilitarte toda la información sobre la mastopatía fibroquística para que puedas estar más tranquila en tus exploraciones y revisiones ginecológicas.

¿Qué es una mastopatía fibroquística?

La mastopatía fibroquística es una enfermedad benigna de la mama, también se conoce como displasia mamaria, enfermedad quística crónica o mastopatía benigna. Es necesario destacar que no aumenta el riesgo de cáncer, pero al ser una mama mucho más densa dificulta la exploración clínica y radiológica para el diagnóstico del cáncer.

Se producen cambios en el tejido mamario. La mastopatía fibroquistica provoca dolor, alteraciones en la consistencia de la mama, y formación de fibrosis y quistes. Los quistes en esta afección son benignos. El tratamiento dependerá del tamaño y las molestias, si son pequeños y sin molestias solo necesitaran ser controlados ya que si se vacían podrían reproducirse.

Causa de la mastopatía fibroquística

Las causas de una mastopatía fibroquística se deben a la sensibilidad excesiva del tejido mamario a los cambios de las hormonas, estrógenos y progesterona. Al ser la respuesta a los cambios hormonales la principal consecuencia, la mastopatía suele mejorar después de la Menopausia.

Los cambios hormonales favorecen la retención de líquido en todas las partes del cuerpo, sobre todo en los senos. Al estar inflamados, se encuentran más sensibles al tacto y causan dolor. Lo normal es que al pasar la menstruación todo vuelva a su normalidad, desapareciendo la acumulación de fluido; sin embargo, hay ocasiones en que se adhiere y produce pequeñas bolas llamadas quistes, y los médicos identifican como mastopatía fibroquística.

Al inicio del artículo os decíamos que la mayoría de las mujeres lo padecen, ya los quistes en los senos son muy comunes en mujeres menores de 50 años; Suponiendo el 54% de las mastopatías y el 70% de las lesiones benignas de la mama. Puede ser un problema cuando al no atenderse a tiempo provoca malestar, debido a la formación de una gran cantidad de protuberancias.

Las displasias mamarias no son, por lo tanto, procesos inflamatorios ni tumorales, sino alteraciones en la clínica e histología de la glándula mamaria, provocada por el desequilibrio hormonal antes comentado.

Factores de riesgo

Se presentan en la edad reproductiva de la mujer, y por tanto, la mayor incidencia está entre los 35 y 49 años. Como factores de riesgo se encuentran:

  • Nuliparidad (no haber tenido hijos);
  • Edad tardía del primer parto;
  • Dieta rica en grasas;
  • Obesidad.

[pullquote]El principal factor protector para prevenir la formación de quistes es la lactancia.[/pullquote]

¿Cómo saber que tengo una mastopatía fibroquística?

Si al examinarte notas algunas zonas nodulares más duras e irregulares en tus mamas que suelen dolerte los días anteriores a la menstruación. Al tacto resulta como si tuvieras pequeños bultos. En otras ocasiones puedes notar bultos más grandes que son quistes, con líquido en su interior que pueden producir dolor y pinchazos, redondeados y móviles y que se desplazan con facilidad. El tamaño y consistencia es cambiante. Los más grandes suelen ser blandos y fluctúan, los de menor tamaño suelen ser algo más duros. Los síntomas dependen de las respuestas a los cambios hormonales y se acentúen los días previos a la regla. Como decíamos, si se controla a tiempo el único tratamiento que utilizaremos será el especifico para aliviar el dolor y/o reducir o eliminar los quistes.

Diagnóstico de la mastopatía

Para diagnosticar una mastopatía fibroquística el médico consultara nuestros síntomas y nos realizara una exploración de la mama para confirmar la enfermedad. En algunos casos será necesario métodos auxiliares de diagnóstico, como la mamografía, ecografía mamaria (exploración con ultrasonidos), aspiración de los quistes, etc.

La mamografía detectará un nódulo de contornos bien definidos y será la ecografía la que permitirá distinguir su contenido, sólido o líquido. Ante la presencia de un nódulo con signos ecográficos de quiste, la respuesta adecuada sería la punción evacuadora para la obtención de una pequeña muestra, para ser analizados.

Tratamiento de la mastopatía

El tratamiento para una mastopatía fibroquística será especifico para cada caso, de acuerdo a la respuesta del paciente. En primer lugar, el tratamiento comienza con una explicación detallada de las causas y el carácter benigno de la enfermedad. Es muy importante apoyar psicológicamente e informar a la paciente, asegurándole que se trata de una «perturbación» o «desorden» y, sobre todo, que no tienen mayor riesgo de cáncer de mama.

Tras la explicación y tranquilizar a la paciente, el siguiente paso es tomar medidas higiénico-dietéticas: mantener una dieta baja en metilxantinas (café, chocolate, té negro, refrescos de cola, nueces), baja en grasas de origen animal y reducir la sal de la dieta diaria.

A veces, las medidas anteriores no son suficientes para aliviar el dolor por lo que es necesario tener un tratamiento múltiple. Teniendo en cuenta la fisiopatología endocrina de la mastopatía fibroquística, representada por el desequilibrio hormonal. El tratamiento debe ser combinado a base de distintas hormonas: gonadotropinas, antiandrógenos, etc.

En los casos en los que los quistes tienen un tamaño considerable, son palpables y dolorosos se llevara a cabo una punción-evacuación de su contenido. Tras la evacuación es recomendable la introducción de aire por la misma aguja y realizar una mamografía (neumoquistografía) que nos asegure la total evacuación del quiste.

Prevención de la mastopatía fibroquística

La mejor medida para prevenir la mastopatía fibroquística es practicar la autoexploración mamaria una semana después del inicio de la regla realizando estos pasos:

  • Deja al descubierto la parte de arriba y frente a un espejo, coloca tus manos sobre la cintura (sitúa codos y hombros hacia delante). Después, levanta los brazos por encima de tu cabeza, presionándola ligeramente. Al realizar estas posiciones debes observar tus senos y confirmar si hay alguna diferencia entre ellos, por ejemplo, el color, forma, tamaño o textura.
  • Levanta tu brazo izquierdo, y con las yemas de los dedos de tu mano derecha, presiona suave pero firmemente el seno izquierdo, trazando círculos imaginarios alrededor de la mama siguiendo el sentido de las manecillas del reloj. Inicia en el punto más alejado del pezón hasta llegar a éste; en la misma posición, palpa tu axila con mayor presión para comprobar que no haya ningún bulto. Haz lo mismo con tu seno derecho.
  • Túmbate en la cama y coloca una almohada bajo tu hombro izquierdo y sitúa el brazo de ese mismo lado detrás de tu cabeza. Palpa el seno izquierdo con la mano derecha trazando círculos imaginarios al igual que en el paso anterior y también revisa tu axila. Realiza la misma operación con el seno derecho.
  • Incorpórate y presiona ligeramente cada uno de tus pezones entre los dedos índice y pulgar, para comprobar si hay secreciones, asimismo, levántalo junto con la areola para comprobar si existe movilidad.

Si al terminar la exploración detectas pequeñas bolas, abultamiento o fluidos realiza de nuevo la operación al terminar la menstruación; si los síntomas permanecieran, consulta a tu especialista para confirmar el diagnóstico de mastopatía fibroquística o bien, alguna tumoración que derive en problemas mayores.

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