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Displasia mamaria: no tengas miedo

displasia mamaria

Índice

La displasia mamaria afecta a casi la mitad de la población femenina, pero no hay que alarmarse, ya que a pesar de ser una patología que provoca ciertas molestias, se trata de una enfermedad benigna con la que se puede aprender a convivir.

¿Qué es la displasia mamaria?

La displasia mamaria consiste en un conjunto de alteraciones que se produce en el tejido mamario, que normalmente coincide con la pubertad debido a la producción en el ovario de hormonas sexuales. Las fluctuaciones hormonales producidas durante la menstruación, el embarazo o la lactancia pueden llevar a sufrir la displasia en las mamas. Ésta se manifiesta fundamentalmente en sensibilidad o dolor en las mamas.

Un 70% de las patologías benignas que puede sufrir la mujer en las mamas se corresponde con la displasia mamaria. Además hay que tener en cuenta que los factores psicológicos, emocionales y el estrés repercuten en los niveles hormonales, por lo que también pueden influir en sufrir esta patología.

¿Cuáles son los síntomas que se manifiestan en la displasia mamaria?

El síntoma característico de la displasia mamaria es el dolor en las mamas, que puede comenzar entre 1 o 2 semanas antes de tener la menstruación. Es posible también que el pezón sea más sensible al roce, por lo que incluso se ha de evitar el uso de ciertos tejidos o ropa.

Otro de los signos de la displasia mamaria es el hinchazón de los pechos, los cuales aparecen más tensos de lo normal. Al tacto se pueden notar numerosos nódulos de distinto tamaño (como una bolsa de arvejas).

En algunos casos puede aparecer también secreción en el pezón.

Tras desaparecer la menstruación, el pecho vuelve a su estado original, pierde tensión, volviéndose más blanda y homogénea y el dolor o molestia desaparece.

¿Qué causa la displasia mamaria?

No existe ninguna causa concreta para que las mamas se presenten doloridas y con protuberancias, pero sí es cierto que los cambios hormonales tienen una gran incidencia en la modificación del metabolismo mamario. El estrés puede incidir también significativamente en las alteraciones de la producción de las hormonas femeninas, por lo que evitar ciertas sustancias como el café, el tabaco, el té, bebidas con cafeína o ciertos alimentos fermentados puede tener un impacto positivo sobre el cuerpo de la mujer.

A veces, al hablar de displasia mamaria, muchas mujeres sufren cierto temor al entender que pudiera tener relación con el cáncer de mama. Nada más lejos de la realidad. Existen numerosos estudios que determinan que no existe ninguna relación entre la displasia mamaria y el cáncer de mama. Son dos afecciones totalmente distintas: mientras el cáncer de mama se origina en una célula del tejido mamario que se reproduce sin control y forma grupos de células iguales a ella dando lugar a una masa tumoral, la displasia mamaria es una simple alteración del tejido mamario, en el que las células al reproducirse originan células sanas.

[pullquote]El estrés puede ser un gran enemigo en el desarrollo de ciertas enfermedades, incluidas las patologías mamarias, por lo que se debe aprender a controlarlo[/pullquote]

¿Cómo se diagnostica esta patología?

Cuando la mujer note algunos de los síntomas anteriormente descritos debería acudir a un especialista en ginecología, el cual a través de un examen mamario y el examen de la historia clínica podrá determinar si la mujer se encuentra ante una displasia mamaria. La realización de una ecografía mamaria también ayuda a examinar detalladamente la estructura del pecho, diagnosticando la existencia de quistes mamarios, los cuales se presentan de manera más frecuente en las mujeres que sufren displasia mamaria.

La mamografía es otra prueba diagnóstica de gran utilidad, pero ésta suele realizarse en mujeres a partir de los 40 – 50 años, por lo que en mujeres con edad inferior, no suele ser una prueba de rutina, solicitándose sólo en casos particulares.

[pullquote]Ante cualquier síntoma de dolor, molestia y protuberancia en el pecho se debe acudir al especialista para determinar de forma exacta la patología mamaria[/pullquote]

¿Cuál es el tratamiento?

Al tratarse de una afección benigna, la displasia mamaria puede tratarse con ciertos cambios de hábitos y también con medicación cuando los síntomas son muy intensos.

En cuanto a los hábitos saludables se recomienda disminuir el estrés ya que éste influye en la producción y alteración de las hormonas. La meditación y el yoga pueden ser potentes aliados para reducir la tensión. El ejercicio físico también ayuda a eliminar el estrés, así que realizar algún deporte o ejercicio de forma gradual y razonable puede aportar múltiples beneficios y no sólo para aliviar la displasia mamaria.

Evitar el consumo de tabaco y otras sustancias estimulantes y llevar una alimentación sana (aumentar el consumo de frutas y verduras, consumir frutos secos, eliminar el exceso de sal en las comidas, etc.) influye de forma positiva.

Si las molestias o el dolor son muy intensos el médico puede indicar la administración de analgésicos antiinflamatorios, complejos vitamínicos, suplementos hormonales o progesterona en gel (la cual se aplica sobre la piel del pecho dos semanas antes de tener la menstruación).

Otra posibilidad que puede ayudar a disminuir el malestar que provoca la displasia mamaria son las pastillas anticonceptivas, por lo que sería conveniente consultar con el médico sobre esta posibilidad.

En el caso de que se hayan formado quistes con un tamaño superior a los 2 centímetros será necesario su punzamiento.

[bctt tweet=»La #displasiamamaria no tiene ninguna relación con el #cáncerdemama. Aprender a distinguir estas patologías en fundamental para alejar los fantasmas del #cáncer.» username=»»]

La displasia mamaria, como se ha visto, es una patología benigna que puede ser tratada y se puede aprender a convivir con ella sin sufrir mayores molestias. No tiene ninguna relación con el cáncer de mama, por lo que sufrir displasia mamaria no conlleva ningún riesgo de sufrir otra enfermedad de mayor gravedad.

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