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Los síntomas y el tratamiento para la menopausia

menopausia

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Hay un momento en la vida de toda mujer que llega indefectiblemente: la menopausia. Que nadie se equivoque, no es una patología ni un trastorno de ningún tipo, y la mujer que la tiene no es una enferma. Se trata, simplemente, de una fase del ciclo vital de la mujer, completamente natural y que anuncia el fin de su capacidad reproductiva.

Efectivamente, mientras que los órganos reproductivos masculinos, salvo que sufran algún tipo de problema que se lo impida, continúan produciendo esperma con capacidad para fecundar a lo largo de toda la vida, los ovarios contienen un número limitado de óvulos y, cuando se acerca el momento de agotarse, comienzan a producirse una serie de efectos físicos que se corresponden con los síntomas de la menopausia y que también mencionaremos más adelante.

Así pues, encontrándonos ante un hecho completamente natural, no tiene que suponer ninguna preocupación para la mujer, pudiendo seguir, eso sí, distintas pautas para compensar los posibles efectos o molestias que acompañan esta fase de la vida y disminuirlos al máximo, hábitos que también puedes conocer si continúas leyendo este post.

La menopausia: concepto y síntomas

¿Qué es la menopausia?

En muchas ocasiones se confunde el término climaterio y menopausia, sin embargo, no son exactamente lo mismo: el climaterio se refiere a toda la etapa de la vida de la mujer en la que se van presentando síntomas del paso de la edad reproductiva a la no reproductiva y tales signos continúan apareciendo tras el fin de esa edad, abarcando, normalmente, el ciclo de los 45 años a los 70.

En cambio, la menopausia hace referencia a la última menstruación de la mujer, es decir, dentro del climaterio, el momento en el que, concretamente, tiene lugar el fin de la época reproductiva de la mujer.

MenopausiaEn el climaterio, los ovarios van produciendo cada vez menos estrógenos, la hormona femenina por excelencia, y los ciclos ováricos se van volviendo poco a poco más cortos y espaciados. Finalmente tiene lugar la menopausia y, tras ella, continúan los síntomas de este proceso durante varios años, hasta que desaparecen.

En definitiva, mientras que la menopausia se refiere a un hecho concreto que marca el fin de la capacidad para engendrar de la mujer, coincidiendo con su última menstruación, el climaterio marca todo un período de más de diez años en la vida de la mujer, caracterizado por una serie de síntomas causados por un proceso fisiológico interno, que nos señala la fase vital que separa la madurez de la senectud.

En todo caso, ya que coloquialmente se suele identificar uno y otro concepto, en este artículo hablaremos de menopausia para referirnos a todo este período de la vida de la mujer, en general, así como al momento concreto del fin de la menstruación, en particular.

La menopausia puede provocar, o no, determinados efectos físicos y molestias en la mujer que, en algunos casos, pueden llegar a ser graves. Nos encontramos con estas tres posibilidades: no sufrir molestias, sufrirlas de modo leve o tenerlas de manera grave, abarcan a cada uno de los tres tercios de la población femenina.

¿Cuáles son las fases de la menopausia?

Los especialistas suelen hablar de tres fases y de una tercera que rodea a las anteriores:

  1. La premenopausia, designa el estadío anterior a la menopausia propiamente dicha, entre dos y siete años antes de que tenga lugar, en el que ya se comienza a apreciar que la menstruación no tiene lugar de manera regular, se reduce su duración y pueden empezar a aparecer algunos síntomas de los que más adelante hablaremos.
  2. La menopausia, que, como hemos indicado ya, se refiere al momento concreto en el que tiene lugar la última menstruación.
  3. La postmenopausia, tras la fase anterior, durante alrededor de diez o quince años, en los que el cuerpo de la mujer puede experimentar ciertas molestias o efectos como consecuencia de la disminución en la presencia de estrógenos.
  4. La perimenopausia es ese período que los médicos establecen alrededor de la menopausia, entre dos años antes y dos después de que tenga lugar. Son etapas en las que, especialmente, pueden surgir los síntomas asociados con aquélla.

¿Cuándo llega y cuáles son los síntomas de la menopausia a los 40?

Normalmente, este momento del fin del ciclo menstrual de la mujer suele comenzar a aparecer hacia los 45 años, lo que significa que si hablamos de menopausia a los 40, y de ahí hacia abajo en edad, estaríamos hablando de los casos de menopausia precoz, que también son perfectamente posibles.

Durante todo este proceso, la mujer puede sufrir determinados síntomas (hablamos de síntomas pero nunca hemos de olvidar que no estamos ante una enfermedad y que, por tanto, no equiparamos este término con el empleado al hablar de una patología), que comienzan con la edad indicada, normalmente, y terminan una o varias décadas después, cuando, finalmente, se estabiliza y normaliza el cuerpo.

Como hemos adelantado anteriormente, este momento de la vida de la mujer tiene lugar como consecuencia de la disminución en la segregación de la hormona más propiamente femenina, como son los estrógenos, sin olvidar la incidencia que, en esta etapa, tienen otras hormonas como la LH y la FSH, como a continuación veremos.

Síntomas de la menopausiaLo más habitual es que esta fase de la vida, en el caso de presentarse con síntomas, lo haga con sofocos acompañados de sudoración y mareos. Cuando los efectos que aparecen son de mayor importancia, será necesario acudir a un especialista y recibir tratamiento.

Estos síntomas de la menopausia suelen tener lugar como consecuencia de la dilatación o contracción de los vasos sanguíneos. A su vez, esos efectos son provocados por las variaciones hormonales, con la disminución en la producción de estrógeno por parte de los folículos que contienen los óvulos que, a su vez, se contienen en los ovarios. Al tener lugar esta caída en la segregación de estrógeno, el cerebro trata de compensarlo aumentando los niveles de las hormonas que son directamente emitidas por el mismo: las gonadotropinas (la LH y la FSH). Estos cambios en las cantidades óptimas de hormonas de cada clase que debieran segregarse, da lugar a los efectos anteriormente mencionados.

¿Cómo afectan las hormonas a los síntomas?

Debemos comenzar hablando de los estrógenos, de valor fundamental para el desarrollo del ciclo menstrual de la mujer y generados por los folículos de los ovarios. Los distintos tipos de estrógenos tienen incidencia, no solamente en la ovulación, sino también en el crecimiento mamario, en la modulación de la voz de la mujer, en la formación del tejido adiposo y musculatura del útero, en la cantidad de la secreción cervical, en la formación ósea, etc.

De las gonadotropinas también hemos hablado anteriormente, son segregadas por el cerebro y entre ellas, las más importantes a estos efectos son la LH (luteinizante) y la FSH (foliculoestimulante). La primera promueve la ovulación y la segunda el crecimiento de los folículos donde se encuentran y maduran los óvulos.

Los gestágenos, de entre los que destaca la progesterona, actúan sobre la mucosa del útero, estimulando su crecimiento para poder permitir la anidación del embrión en el mismo. Una vez que ha tenido lugar esta implantación y el embarazo continúa, impiden la maduración de más óvulos.

Síntomas menopausiaCuando la menopausia tiene lugar, se produce una disminución de los estrógenos, dando lugar al ya comentado intento de compensar esta caída, por parte del cerebro, aumentando los níveles de los otros tipos de hormonas implicadas en el sistema reproductivo. Este desequilibrio provoca distintas consecuencias, de entre las que más habitualmente suelen encontrarse son esos mareos, sofocos y sudores, pero no sólo: Junto con esos tres síntomas, también podemos hallar casos de taquicardias, insomnios, cansancio, estado de nervios o depresión, sequedad vaginal, dolores de cabeza, pérdida de memoria, disminución de la líbido, etc.

Desde el punto de vista puramente físico, también se da lugar a cambios en el útero, vagina y vulva, provocándose su atrofia y retracción. Asimismo, la piel se vuelve más fina y presenta menor elasticidad, y las mucosas se resecan, dando lugar a posibles molestias en el coito. Anatómicamente, se produce un ensanchamiento de la cintura y una disminución de la masa muscular y aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis ante la disminución de la densidad ósea.ock

Menopausia y su tratamiento

¿Cómo se confirma que estamos entrando?

Puede ocurrir que la mujer que nota que han transcurrido varios meses sin que haya tenido la regla, haya sufrido alguno o varios de los síntomas que hemos mencionado anteriormente, o que no haya padecido ninguno de ellos. Si han existido tales síntomas, podremos considerar que nos encontramos ante la etapa menopáusica sin han transcurrido seis meses desde que tuvo lugar la última regla. Si no han concurrido tales efectos propios de la menopausia, se confirmará que la misma ha tenido lugar si han pasado doce meses desde la última menstruación.

Otra manera de encontrar esta confirmación, es realizando un análisis de sangre para determinar los niveles hormonales. Una disminución de estrógenos y aumento de LH y FSH, serán indicativos claros de la llegada del climaterio.

¿Cuál es el tratamiento de la menopausia?

Hemos empezar recordando, una vez más, que no estamos ante una enfermedad y que, por tanto, cuando hablamos de tratamiento no lo hacemos en el mismo sentido que cuando empleamos esta expresión al referirnos a una patología, sino simplemente para hacer referencia a las actuaciones que podemos realizar para minimizar los efectos que se derivan de la llegada de la menopausia.

Debido a que los efectos menopáusicos tienen lugar por el cambio en la producción de hormonas y el consecuente desequilibrio, un tratamiento apropiado sería el hormonal, indicado para muchos casos. Se trata de compuestos hormonales de estrógenos y gestágenos que no pretenden alcanzar los niveles hormonales anteriores a la menopausia, sino llegar a unas cantidades que permitan disminuir sus efectos, especialmente los relacionados con los sofocos y mareos y con la atrofia de útero, vagina y vulva, así como también puede incidir en la disminución de las probabilidades de sufrir fracturas osteoporóticas.

Sin embargo, este tipo de tratamiento hormonal también conlleva ciertos riesgos, como el incremento de posibilidades de sufrir enfermedades coronarias, cáncer de mama, ovario o endometrio, problemas cerebrovasculares, trombosis o litiasis biliar, entre otros. Por este motivo, antes de administrarse este tipo de tratamientos es necesario realizar un estudio personalizado de las características de cada mujer y realizar un seguimiento periódico de su evolución.

También pueden aparecer otras consecuencias o efectos secundarios de este tratamiento hormonal, de menor gravedad, como puede ser el sangrado de útero, náuseas y vómitos, dolores de cabeza, erupciones, cambios de peso, sensibilidad en las mamas, variaciones emocionales, etc.

Tratamiento menopausiaPor otra parte, una alternativa saludable será, sin duda, el desarrollo de unos hábitos de vida sanos, con la práctica de ejercicio habitual, el  mantenimiento de una dieta rica en calcio y vitamina D y pobre en grasas saturadas, evitar fumar o beber alcohol en exceso, evitar la cafeína y las sustancias excitantes, con lo que se logrará disminuir muchos de los efectos propios de la menopausia.

Sin embargo, hay ocasiones en las que el tratamiento hormonal se presenta como necesario o más indicado, como cuando los síntomas son especialmente intensos; cuando aparecen pronto, en caso de menopausia precoz; cuando se aprecia un funcionamiento anormal de los ovarios en edad temprana; etc.

La menopausia es una etapa importante en la vida de toda mujer que ha de concebirse de manera positiva, celebrando el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Sin embargo, los efectos físicos, psicológicos y emocionales que pueden acompañarla, hacen necesario contar con los mejores especialistas que se ocupen de tu caso concreto. En Clínica Pedrosa tenemos los ginecólogos en Granada más experimentados que necesitas para, primero, comprender exactamente qué está ocurriendo en tu cuerpo, con un lenguaje sencillo y claro, y segundo, para recibir los consejos y, en su caso, los tratamientos, que más se adapten a las características de cada mujer, de modo que superar esta fase vital de manera inmejorable se convierta en nuestro objetivo.

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