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Alcohol durante el embarazo

alcohol y embarazo

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Nos acercamos a fechas muy importantes, llenas de celebraciones y reencuentros familiares. “Tómate una copa, no pasa nada” “brinda con nosotros por el nuevo año” “yo tomaba una copita y mira mis hijos”…son algunas de las frases que te acompañaran estas navidades. Durante tu embarazo te surgirán mil dudas acerca de qué es más saludable y beneficioso para tu bebé. Quizás ya has comenzado a prestar atención a la multitud de comentarios, recomendaciones y experiencias sobre los cuidados en unos y otros embarazos. Desde Clínica Pedrosa te aconsejamos “oír, pero no escuchar demasiado”. La buena intención, a veces podrá confundirnos e incluso agobiarnos. Hoy, queremos ayudarte a conocer la verdad acerca del consumo de alcohol durante el embarazo para resolver tus dudas sobre esta combinación explosiva.

Concepto del consumo de alcohol

Para poder hacernos una idea real de que puede ser considerado un consumo de alcohol bajo o alto en la población femenina en general. Tenemos que tener en cuenta que la cantidad de alcohol puro ingerido es más importante que el tipo de bebida alcohólica consumida.

Cualquier bebida de alcohol estándar suele contener alrededor de unos 14 gramos de alcohol puro, siendo equivalente a:

  • Una lata de 350 ml de cerveza con una cantidad de alcohol de 5%.
  • Una copa de 150 ml de vino con una cantidad de alcohol de 12%.
  • Una dosis de 45 ml de un whisky o cualquier bebida destilada con una cantidad de  alcohol de 40%.

Si calculamos el consumo seguro para las mujeres no embarazadas, la ingesta seria de 5 copas por semana, siendo no más de 1 copa por día para un máximo de 4 días consecutivos. Por lo que mantener el consumo diario de una copa de vino en todas las cenas o comidas durante los siete días de la semana seria considerado como uso moderado a alto consumo de alcohol y va más allá del límite de lo que se considera seguro, incluso para las no embarazadas.

Mitos sobre el alcohol durante el embarazo

  • “Debemos evitar, solo, el alcohol durante el primer trimestre de embarazo”

Alcohol durante el embarazo

Habrás hablado con muchas mujeres embarazadas o madres que tienen la creencia de que tomar pocas cantidades de alcohol no sucederá nada en el feto. Muchas frases que hemos escuchado son mitos como: “no ocurre nada por beber”, “el alcohol no afectará al bebé”, “existe un periodo durante el embarazo en el que sí se puede beber alcohol”, “hay bebidas que son más perjudiciales que otras”, “existe un umbral seguro para consumir alcohol”. Son muchos los estudios que analizan las consecuencias del alcohol durante el embarazo, todos demuestran que el alcohol es la principal causa externa de retardo mental. Los daños que pueden afectar en el feto por el consumo de alcohol comienzan durante el periodo de preimplatación, incluso cuando la mujer aún no sabe que está embarazada. Resaltamos, incluso que no hay ningún nivel de consumo de alcohol durante el embarazo que sea seguro.

El consumo de alcohol puntual en las mujeres embarazadas no solo afecta al feto si no que ocasiona también efectos negativos en la madre como síntomas depresivos, angustia postparto, partos prematuros, susceptibilidad a infecciones, riesgo de aborto, desprendimiento de placenta e incluso cáncer de mama. Para una mujer embarazada nunca es seguro consumir alcohol cuando estás embarazada.

En el primer trimestre de embarazo, el consumo de alcohol está relacionado con defectos físicos en el bebé. Durante el segundo y tercer trimestre, el riesgo estará ligado a problemas sensoriales, de crecimiento y de retraso mental.

  • “La cerveza sin alcohol sí se puede tomar”

El consumo de cerveza está relacionada con fines terapéuticos, por lo que algunas mujeres creen que puede ser saludable durante el embarazo. La cerveza sin alcohol es aquella cuya graduación alcohólica es nula en volumen. Nutricionalmente, la cerveza sin alcohol puede ser aconsejable en los periodos de embarazo y lactancia, así como en la menopausia e incluso puede ayudar a combatir enfermedades como la osteoporosis y el alzheimer. Aclarar que las cervezas con un volumen de 0% de alcohol son las más seguras y saludables para todas las mujeres embarazadas, son fuente de vitaminas y proteínas, con bajo contenido en calorías.

Efectos del alcohol en el embarazo

Vamos a conocer los efectos del alcohol en el embarazo y el bienestar del feto. La placenta no filtra el alcohol, por lo que la atraviesa libremente y hace que el bebé tenga siempre la misma concentración de alcohol en la sangre que a su madre. Sin embargo, el bebé sufre peores consecuencias ya que el hígado inmaduro del feto no procesa el alcohol circulante. El alcohol es una droga con potencial teratogénico, es decir, capaz de causar malformaciones en los fetos. Algunos estudios muestran que las mismas cantidades mínimas de alcohol en la sangre de la madre son capaces de provocar cambios en las células del feto, particularmente en las neuronas.

¿Qué son los trastornos del espectro alcohólico fetal y el síndrome alcohólico fetal?

Los trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF) son un grupo de cambios que pueden ocurrir en niños de madres que consumieron alcohol durante el embarazo. La forma más grave se llama síndrome de alcoholismo fetal (SAF), que puede causar malformaciones como:

  • anomalías del sistema nervioso central,
  • retraso en el crecimiento
  • daños en el desarrollo del bebé.

A mayor consumo y frecuencia del consumo de bebidas alcohólicas, mayor será el riesgo del niño a desarrollar TEAF y SAF.  Los trastornos del espectro alcohólico fetal abarcan no solo las malformaciones fetales, también cambios en el desarrollo intelectual del niño.

Los síntomas de los trastornos del espectro alcohólico fetal más comunes son:

  • Malformaciones en los huesos de la cara.
  • Microcefalia
  • Baja estatura.
  • Bajo peso corporal.
  • Déficit de coordinación motora
  • Hiperactividad.
  • Déficit de atención.
  • Rendimiento escolar malo.
  • Dificultad de aprendizaje.
  • Retrasos en el desarrollo del lenguaje.
  • Bajo Coeficiente intelectual.
  • Problemas de visión y audición.
  • Malformaciones en corazón, huesos o riñones.
  • Muerte súbita del recién nacido.

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