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5 consejos para prevenir la infección de orina en la mujer

Es grave una infección de orina: ¿Qué hago?

Índice

La infección de orina es un proceso muy frecuente en las mujeres, en edad joven y madura, especialmente durante la vida sexualmente activa. Es fácil de diagnosticar y tratar, pero debe hacerse siempre bajo la supervisión de un buen profesional y de la manera más adecuada, desde el inicio de los síntomas.

Desde ginecología y salud de la mujer en Granada de Clínica Pedrosa os recomendamos consultar siempre al Ginecólogo, ya que en algunos casos la infección de orina puede ser repetitiva y recidivante y por ello, requerir una atención médica especializada. La infección de orina es la segunda causa en frecuencia de las infecciones atendidas en Atención Primaria, después de las respiratorias.

¿Qué es la infección de orina?

partes infección de orina

La infección de orina se produce por la excesiva proliferación de las bacterias que normalmente colonizan el del tracto urinario inferior (ITU). Suelen comprometer únicamente al extremo inferior de las vías urinarias, uretra y vejiga, aunque en algunas ocasiones pueden ascender hasta los riñones provocando infecciones mucho más severas capaces de extenderse por el torrente sanguíneo. Por ello, la importancia de su detección y tratamiento adecuados y específicos.

La infección de orina más común se produce por bacterias, aunque también pueden presentarse por hongos (cándidas) y mucho más raramente por virus o parásitos. De las bacterias, la más común es la denominada Escherichia coli, que normalmente se encuentra en el intestino, donde vive en equilibrio con nosotros, sin resultar perjudicial (saprófita pero no patológica). Ante restricciones de agua (con poca cantidad de orina); por ejemplo, en situaciones de calor, roce vaginal intenso, o un descenso de las defensas (inmunosupresión) dicha bacteria prolifera en exceso en el tracto urinario y puede producir una infección de orina sintomática. 

Tipos

Los diferentes tipos de infección de orina se clasifican dependiendo de su localización;

  • Uretritis: localizada en la uretra.
  • Cistitis: localizada en la vejiga (la más frecuente).
  • Pielonefritis: localizada en los riñones, cuando rara vez la infección asciende al tracto superior.

Síntomas de infección de orina

Los síntomas más comunes de la infección de orina son:

  • Necesidad imperiosa y frecuente de orinar, habitualmente con poca cantidad de orina en cada ocasión
  • Picazón o sensación de ardor en la uretra al orinar y sobretodo al final de la micción
  • Orina con olor fuerte, incluso característico.
  • Dolor al orinar y al mantener relaciones sexuales.
  • Color turbio, rojo, rosa brillante, lechoso (espeso) o anormal de la orina.
  • Aparición de sangre en la orina, normalmente al final de la micción.
  • Fiebre, escalofríos e incluso náuseas y vómitos, como signos de alarma y gravedad, puesto que solo se presentan en caso de que la infección haya ascendido hacia los riñones.

Factores de riesgo 

Como hemos comentado, la infección de orina es tan frecuente en mujeres, que prácticamente todas van a sufrir diversos episodios a lo largo de su vida, sin que ello resulte más trascendente, siempre que se alerte y trate precoz y adecuadamente.

  • La deshidratación y escasez de orina, bastante frecuente en episodios de calor estival.
  • Episodios de especial actividad sexual, donde el roce provoca una irritación mecánica de la vejiga urinaria que la hace propensa a la infección de orina (también llamada “cistitis de la luna de miel”).
  • Después de la menopausia, se produce una disminución del estrógeno circulante (hormona femenina) que produce cambios en las vías urinarias con más tendencia a la irritación e infección.
  • La diabetes y las enfermedades que debilitan el sistema inmunitario pueden aumentar el riesgo de infección de orina.
  • El requerimiento de sonda urinaria en pacientes, que están hospitalizadas, episodios durante los cuales se procede a una cobertura preventiva con antibióticos de manera sistemática.
  • El uso indiscriminado de antibióticos por otras causas (catarros u otros) que altera el equilibrio de la flora vaginal favoreciendo el sobrecrecimiento de otros micororganismos, más frecuente en estos casos, como sucede con los hongos (Cándidas).

Diagnóstico

El diagnóstico de sospecha puede realizarse solo con un buen interrogatorio y examen médico. También puede tomarse una muestra de orina para examinarla y valorar si contiene algún agente infeccioso o restos sanguíneos. Habitualmente en este punto ya puede iniciarse un tratamiento antibiótico amplio espectro, incluso sin necesidad de cultivo específico, es el llamado tratamiento empírico.

Si estuviera indicado, puede solicitarse un cultivo de orina, específico, identificando exactamente el agente infeccioso a la vez que el antibiótico o antibíoticos que pueden resultar más activos e indicados (antibiograma). Esto es sobretodo relevante ante infecciones repetitivas o resistentes a un tratamiento convencional

Consejos para prevenir las molestas infecciones urinarias

  1. Limpiarse los genitales de adelante para atrás después de ir al baño, para evitar la contaminación de las bacterias anales hacia el tracto genital.
  2. Beber mucha agua, manteniendo una buena hidratación y con ello facilitando una gran cantidad de orina, que por simple efecto mecánico de lavado, previene e incluso elimina infecciones leves de orina.
  3. No retener la orina, vaciar frecuentemente la vejiga.
  4. Orinar después de mantener relaciones sexuales.
  5. Mantener la zona íntima limpia y cuidar la salud genital, pero sin obsesionarse, ni eliminar la flora vaginal y perineal normal. 

Tratamiento para la infección de orina

arándanos rojos infecciones de orina

No es nada recomendable automedicarse y debe consultarse al Ginecólogo, lo más precozmente posible al inicio de los síntomas. El tratamiento principal incluye las medidas higiénicas descritas además de antibióticos de amplio espectro. La prescripción antibiótica en tipo y tiempo dependerán del estado de salud de la mujer y del tipo de bacterias, sospechado o confirmado por cultivo. El tratamiento para una infección de orina pude variar según la gravedad de la infección:

  • Primeros indicios de infección de orina (sospecha o posibilidad)

Para los primeros síntomas es importante aumentar el consumo de agua para ayudar a eliminar las bacterias a través de la orina, por el efecto mecánico del lavado. En muchísimas ocasiones esta simple maniobra es suficiente para evitar la aparición de una verdadera infección de orina. 

  • Infección simple (la más frecuente)

Los medicamentos que suelen recomendarse para las infecciones urinarias simples son, antisépticos o antibióticos de potencia moderada y amplio espectro:

– Fosfomicina (Monurol)

– Nitrofurantoína (Macrodantin, Macrobid)

– Cefalosporinas (Keflex, Ceftriaxona)

– Aminoglicósidos (Norfloxacina, Ciprofloxacina)

  • Infección recurrente, repetitiva o recidivante

Debe identificarse, por cultivo, la bacteria específica causante y el mejor antibiótico para cada caso. Puede ser necesario un tratamiento antibiótico repetitivo y extremar las medidas de higiene. Se ha demostrado el efecto antibacteriano de algunos productos naturales, como los extractos de arándanos rojos.

  • Infección grave, ascendente al tracto urinario superior

Recuerda: en algunos casos poco frecuentes, pero graves, la infección podría ascender al tracto superior, alcanzando al riñón, con lo que sobrevendría la fiebre, escalofríos y dolor en la zona lumbar. En estos casos, es necesario consultar inmediatamente al médico, puesto que puede necesitarse incluso la prescripción de antibióticos intravenosos en el hospital.

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