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Cómo podemos tratar la enfermedad pélvica inflamatoria

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Índice

Cada año, miles de mujeres sufren de la enfermedad pélvica inflamatoria (EIP, por sus siglas en castellano). Su diagnóstico suele tener una complejidad frente a otro tipo de enfermedades ya que la forma en la que se presenta es bastante variable.

Afortunadamente, es una patología que lleva mejorándose su tratamiento desde el siglo XIX. A medida que fueron pasando los años, distintos médicos ginecológicos y científicos fueron mejorando las distintas técnicas de diagnóstico y tratamiento.

Y, como en muchas enfermedades sucede, gracias al descubrimiento de la Penicilina de manera masiva por Alexander Fleming, el tratamiento comenzó a mejorar de manera exponencial hasta el día de hoy.

¿Qué es la enfermedad inflamatoria pélvica?

La enfermedad inflamatoria pélvica es una infección que afecta a las mujeres, ya que la infección se focaliza en los órganos reproductores femeninos. Esta infección se suele producir, de forma general, cuando ha existido una enfermedad de transmisión sexual.

Las bacterias o los virus que producen esa enfermedad de transmisión sexual cuando se propagan de la vagina al útero o a las trompas de Falopio o a los ovarios, acaban causando la enfermedad inflamatoria pélvica.

Además, la EIP suele no hacerse de notar hasta que se encuentra en una fase más avanzada. Estos síntomas pueden ser un dolor de la pelvis de manera crónica o una complicación de fertilidad.

Es por ello que es importante que acudas a centros especializados a realizarte revisiones periódicas. En Clínica Pedrosa contamos con los mejores profesionales y la última tecnología para poder detectar cualquier posible afección que pueda afectarte.

La enfermedad inflamatoria pélvica se presenta cuando se ha tenido, o se tiene, una enfermedad de transmisión sexual y ésta no ha sido tratada ni resuelta de manera correcta o, directamente, no se ha tratado de ninguna de las maneras.

¿Qué síntomas me pueden hacer sospechar de tener la enfermedad inflamatoria pélvica?

La enfermedad inflamatoria pélvica, como muchas otras enfermedades provocadas por una ETS, no se suele manifestar hasta que ésta no está durante mucho tiempo en nuestro organismo. Cuanto más tiempo pase, los síntomas comienzan a ser más detectables.

  • Períodos menstruales más largos, más dolorosos y con un flujo más abundante.
  • Flujo con un olor desagradable.
  • Dolor abdominal.
  • Cansancio generalizado.
  • Fiebre (si se superan los 38 ºC, busca atención médica urgente).
  • Escalofríos.
  • Dolor en las relaciones sexuales.
  • Dolor y dificultad al orinar.
  • Orina muy frecuente.

¿Cuándo se produce la enfermedad inflamatoria pélvica?

Como ya te hemos mencionado anteriormente, la enfermedad inflamatoria pélvica suele producirse cuando se ha contraído una enfermedad de transmisión sexual y ésta no ha recibido tratamiento o el tratamiento ha sido ineficaz por cualesquiera que sean las razones.

Normalmente, se suele producir tras haberse infectado por gonorrea o clamidia, al haber mantenido una relación sexual sin ningún tipo de protección.

Y es que esto sucede porque la protección existente en el cuello del útero se ha podido ver tocada de alguna manera; ya sea tras haber tenido la menstruación, un parto, un aborto o la propia relación sexual.

Esta barrera se puede ver afectada también a la hora de haberse insertado un dispositivo intrauterino por un procedimiento médico ginecológico, haberse practicado un aborto o un parto.

¿Quién es más propensa a sufrir la enfermedad inflamatoria pélvica?

  • Mujeres sexualmente activas de menos de 25 años.
  • Tener múltiples parejas sexuales.
  • Mantener relaciones sexuales sin preservativo.
  • Duchas excesivas.
  • Antecedentes familiares con EIP o ETS.
  • Antecedentes personales con vaginosis-cervicitis.
  • Mujeres que han sufrido un aborto voluntario o involuntario.
  • Mujeres recién paridas.
  • Cirugía cervical.

También se ha hablado en algún estudio sobre la situación socioeconómica o educacional de la persona, su estado civil e incluso personas que viven en medios urbanos. Esto se suele deber a la posibilidad de existir una baja conciencia sobre educación sexual.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad inflamatoria pélvica?

Tras poder haber manifestado por parte de la paciente su sintomatología y su historial clínico, se comenzaría a proceder a realizar las pruebas diagnósticas pertinentes. En Clínica Pedrosa contamos con las mejores manos y la última tecnología para poder diagnosticarte y tratarte de la enfermedad inflamatoria pélvica de la mejor manera y así poder mejorar tu calidad de vida.

No hay una prueba diagnóstica que sea específica para la enfermedad inflamatoria pélvica. De hecho, sólo se puede diagnosticar con otro tipo de pruebas que puedan dar más veracidad de la existencia de la misma sobre una mujer.

Por ello es sumamente importante conocer cuáles son los antecedentes médicos de la persona y la sintomatología que presenta. Tras esto, en la propia consulta se realizará un examen pélvico, pudiéndose obtener muestras de los fluidos vaginales y del cuello del útero.

Por otro lado, se suele realizar un análisis de sangre para así poder comprobar la existencia de alguna ETS activa en ese momento, comprobar si la Proteína C Reactiva se encuentra en niveles elevados y comprobar los niveles de leucocitos.

Además, también sería interesante, dependiendo del caso, la realización de una prueba de embarazo para descartar la posible existencia de un embarazo ectópico; el cual puede presentar una sintomatología parecida.

Es por ello que es importante que siempre acudas a los mejores profesionales de la salud ginecológica y en Clínica Pedrosa te podemos garantizar que tenemos a uno de los mejores equipos ginecológicos de Granada.

¿Cuál sería el tratamiento frente a la enfermedad inflamatoria pélvica?

  • Ingesta oral de antibióticos.
  • Toma endovenosa hospitalaria de antibióticos en caso de no obtener respuesta positiva de los antibióticos de ingesta oral.
  • Cirugía en caso de no obtener respuesta positiva de los antibióticos.
  • Ingesta oral de analgésicos o antiinflamatorios no esteroides.

En caso de que la paciente tuviera un DIU, se deberá proceder a retirarlo para poder comenzar con el tratamiento, ya que este dispositivo podría interferir con el tratamiento para curarte.

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