Los números avalan a la clínica Pedrosa como el líder de la fecundación in vitro en Granada. En nuestro haber tenemos más de 20 años de experiencia, más de 15000 tratamientos realizados y un equipo de profesionales que solo dominan las últimas técnicas, sino que son capaces de crearlas.
Este es el caso del embirólogo Francisco Vergara, que tiene la patente internacional de una nueva técnica para inyectar el espermatozoide en el ovocito, dañándolo mínimamente. Esto mejora la calidad de los embriones y la tasa de embarazo de nuestra clínica.
Antes de referirnos de manera concreta a la modalidad de la fecundación in vitro, deberíamos tener claro el concepto de reproducción asistida. Por ésta entendemos el conjunto de técnicas y tratamientos médicos destinados a favorecer el embarazo cuando existen problemas de fertilidad tanto masculinos como femeninos. Entre las técnicas de reproducción asistida encontramos la inseminación artificial, la ovodonación y la fecundación in vitro, en donde los óvulos proceden de una donante. Este tipo de técnicas están permitiendo a muchas mujeres afrontar la maternidad de forma individual, y a parejas de mujeres, a ser madres.
En concreto, la fecundación in vitro es una de las técnicas más sofisticadas. Se realiza uniendo el óvulo de la mujer con el esperma del hombre en el laboratorio, de ahí el concepto de “in-vitro”, con el fin de obtener embriones ya fecundados para después transferirlos al útero materno, de manera que a partir de su implantación se desarrollen consiguiendo el deseado embarazo.
Existen diferentes modalidades dependiendo de las necesidades de los pacientes:
El proceso de la fecundación in vitro es delicado ya que comporta un trabajo en laboratorio y ginecológico de carácter especial. A continuación, y a modo de detalle, especificamos las diferentes etapas que seguimos en la clínica líder en fecundación in vitro en Granada.
Este primer paso consiste en la administración de una medicación hormonal, con lo que se pretende conseguir que los ovarios, en vez de producir un único óvulo (que es lo que se produce con carácter natural cada mes), produzcan más ovocitos para poder llegar a obtener un mayor número de embriones y por tanto, mayor posibilidad de conseguir el embarazo. Además, con la estimulación ovárica se consigue controlar mejor el momento de la ovulación, por lo que aumentan las probabilidades de que los óvulos obtenidos tengan la característica de ser maduros y por tanto, aptos para la fecundación in vitro.
Este tratamiento dura entre 10 y 20 días, lo que variará en función de la respuesta obtenida por la paciente y el protocolo empleado. Durante este proceso, se realizan ecografías de seguimiento, comprobando el crecimiento y la evolución de los folículos.
Una vez que los folículos y el endometrio de la paciente se encuentran en el momento óptimo, se procede a programar y preparar la punción de los ovocitos.
Gracias al seguimiento realizado por las ecografías y a la estimulación ovárica se puede determinar cuándo los folículos han alcanzado el tamaño adecuado y, habiendo un número de óvulos suficiente, se procede a continuación a la programación de la punción folicular, es decir, se extrae del ovario los óvulos maduros. Esta técnica se realiza en quirófano ecográficamente y por aspiración, dura entre 10 y 15 minutos aproximadamente, requiriendo una sedación para evitar que la paciente sienta algún tipo de molestia durante este proceso.
Una vez realizada la punción la paciente puede marcharse a casa sin ningún tipo de riesgo, aunque sigue en contacto con el servicio de enfermería. Posteriormente se le informará del resultado de la extracción de la fecundación.
La muestra del hombre se recoge generalmente por masturbación aunque en casos excepcionales y previos al estudio de la pareja puede obtenerse por aspiración de epidídimo o biopsia testicular. Posteriormente, para llevar a cabo la fecundación, el esperma se somete a una técnica de laboratorio llamada capacitación espermática, en la que se seleccionan los mejores espermatozoides.
Una vez disponemos de los óvulos tras la realización de la punción folicular y de los espermatozoides, se procede no a la fecundación de un óvulo, sino a la fecundación de todos los extraídos para aumentar así las probabilidades de éxito de la fecundación si así lo desea la pareja.
Este paso en el proceso de la fecundación in vitro puede tener lugar de dos formas: mediante la técnica convencional, que consiste en poner en la misma placa de cultivo los óvulos y los espermatozoides seleccionados esperando a que éstos mismos sean capaces de fusionarse por sí solos, o mediante la técnica de ICI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides), en la que el espermatozoide se introduce directamente en el interior del óvulo a través de una microinyección,
Los embriones que han resultado de la fecundación in vitro de los óvulos están sometidos a un control diario en el laboratorio, siendo clasificados según la morfología que presenten y la capacidad de división. Es posible que algunos embriones paralicen su desarrollo, por lo que se descartarán al considerarse que no pueden ser viables para lograr el embarazo. Después de este análisis de los mismos, los mejores embriones son elegidos para ser transferidos al útero, esperando a su implantación. El número de embriones a transferir suele oscilar entre uno o dos, según el criterio del especialista de reproducción asistida y fertilidad en Granada y el deseo de la pareja.
Este paso consiste en la introducción de los mejores embriones dentro del útero materno, el cual tendrán lugar en quirófano, aunque a diferencia de la punción, no es necesario realizar ningún tipo de sedación a la paciente ya que se trata de un proceso indoloro y rápido en la ejecución.
Una vez realizada la transferencia, la clínica informará de cuándo se realizará la prueba de embarazo, que normalmente son unos 15 días después. Durante este tiempo, lo recomendable es realizar la vida normal y evitar el estrés de obsesionarse con el resultado de la prueba.
Los embriones que son de una buena calidad y que no han sido transferidos, son criopreservados mediante el método de vitrificación ovárica, lo que permitirá que puedan ser utilizados en un momento posterior sin necesidad de recurrir de nuevo a una estimulación ovárica. Si hemos conseguido el objetivo de la prueba, el embarazo, podemos utilizar los embriones en un futuro para conseguir un segundo hijo.
Dependiendo de la modalidad utilizada y de las características de la paciente (y/o su pareja) los casos de éxito varían. Así por ejemplo en el caso de las técnicas de fecundación in vitro con óvulos propios y semen de la pareja o semen del donante, el éxito suele sobrepasar el 35%, mientras que en el caso de donar óvulos o fecundación in vitro con óvulos de donante y semen de donante, la tasa de éxito es más alta.
Fertilidad y fecundación aunque son conceptos que en principio van de la mano, no siempre el primero implica lograr el segundo, de ahí que aparezcan las técnicas de reproducción asistida y fertilidad que permiten lograr el deseo de muchas personas de ser padres y madres. La fecundación in vitro consigue el éxito de los embarazos programados en la inmensa mayoría de nuestras parejas.
Todo esto ha convertido a la clínica Pedrosa como la mejor opción para realizarse el tratamiento de fecundación in vitro en Granada. Para más información, pueden contactar mediante nuestra página web, en la sección de contacto, o llamando al 958 26 74 94.