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Los fibromas uterinos

fibromas uterinos

Índice

Muchas mujeres desarrollan fibromas uterinos en algún momento de su vida, de forma que es necesario conocer qué son y los posibles síntomas que causan para poder proceder a su tratamiento.

Qué son los fibromas uterinos

Se trata de tumores no cancerosos que se desarrollan en el útero apareciendo con frecuencia durante la etapa fértil de la mujer. También se les conoce con el nombre de leiomiomas o miomas, pero, a pesar de su denominación, no están vinculados a tener un mayor riesgo de padecer cáncer.  Los fibromas uterinos se forman a partir de células musculares y otros tejidos que crecen en y alrededor de la pared del útero.

¿Por qué se originan?

La razón por la que aparecen no se conoce con exactitud, pero existen indicadores que apuntan a que los mismos parecen desarrollarse cuando los niveles de estrógenos están más altos. También factores como la genética, la dieta o el estrés pueden contribuir a su formación.

¿Existen factores que incremente el riesgo en su aparición?

A pesar de que se desconocen las causas concretas de la aparición de los fibromas, sí existen elementos que pueden condicionar su aparición y son:

– La edad: los fibromas aparecen con más frecuencia en mujeres en edad comprendida entre los 30 y 40 años. Tras la menopausia, los fibromas suelen reducir su tamaño.

– Los antecedentes familiares: si la progenitora tuvo fibromas en algún momento de su vida, aumenta el riesgo de que la hija también padezca esta afección.

– La obesidad: las mujeres que tienen sobrepeso tienen más probabilidad de tener fibromas uterinos.

– Los hábitos alimenticios: llevar una alimentación sana, además de contribuir a un estado general de salud óptimo, también protege del desarrollo de los fibromas; es adecuado evitar la ingesta en exceso de comida roja y jamón, y sustituirla por vegetales verdes.

¿Cuáles son los síntomas de los fibromas uterinos?

La gran mayoría de los fibromas no generan síntomas, pero algunas mujeres que los padecen pueden presentar algunos como los siguientes:

– Sangrado menstrual muy abundante, lo que puede provocar anemia.

– Períodos menstruales más largos de lo normal, por lo general, más de una semana.

– Dolor pélvico y presión.

– Extensión o agrandamiento de la parte inferior del abdomen.

– Dolor en la zona lumbar.

– Dolor durante las relaciones sexuales.

– Necesidad de orinar de forma frecuente.

– Complicaciones durante el embarazo y el parto.

Diagnóstico de los fibromas uterinos

Con carácter general, los fibromas uterinos suelen encontrarse tras un examen pélvico rutinario al sentir el profesional irregularidades en la forma del útero, lo que indica que podrían existir fibromas. En ese caso, el médico suele solicitar los siguientes exámenes:

Ecografía: es una prueba apta para confirmar la presencia de fibromas uterinos, permitiendo obtener una imagen del útero para confirmar el diagnóstico y mapear y medirlos.

Análisis de laboratorio: cuando existe un período menstrual anormal con abundante sangrado, el médico suele solicitar un hemograma completo para diagnosticar si se tiene anemia, además de otros tipos de análisis más específicos para descartar trastornos de sangrado o, incluso, problemas de tiroides.

También hay que tener en cuenta que si la ecografía tradicional no ofrece la información suficiente para realizar un adecuado diagnóstico, el profesional puede solicitar otro tipo de estudios por imagen como son los siguientes:

Resonancia magnética: detalla con más precisión el tamaño y la ubicación de los fibromas uterinos, lo que permite determinar de forma óptima los tratamientos más adecuados según el tipo de fibromas.

Histeroecografía: se trata de una ecografía de infusión salina, es decir, se utiliza agua con sal estéril para expandir la cavidad uterina y obtener las imágenes de los fibromas en aquellas mujeres que están intentando quedarse embarazadas o tienen una regla muy abundante.

Histerosalpingografía: en este tipo de prueba se utiliza un tinte que resalta la cavidad uterina y las trompas de Falopio en las imágenes de rayos X. Se utiliza con carácter general cuando existe una posible infertilidad, ayudando a conocer si las trompas de Falopio están abiertas o bloqueadas, mostrando los fibromas submucosos.

Histeroscopia: consiste en la introducción de un pequeño telescopio iluminado llamado histeroscopio a través del cuello del útero hasta llegar al mismo, Después se inyecta una solución salina para expandir la cavidad uterina, permitiendo un mejor examen del mismo y de las trompas de Falopio.

Posibles tratamientos

Los fibromas uterinos no tienen un único procedimiento en cuanto a su tratamiento, sino que existen diferentes opciones. Un enfoque que se utiliza a menudo por parte de los profesionales es la conducta expectante, es decir, la observación del estado de la paciente sin administrar tratamiento a menos que aparezcan síntomas que sean realmente molestos y/o que puedan provocar complicaciones.

Por otra parte, también hay medicamentos para los fibromas uterinos que se dirigen principalmente a las hormonas para regular la menstruación, tratando los síntomas del sangrado abundante y la presión pélvica. La medicación no elimina de forma total los fibromas pero sí puede encogerlos.

Entre los procedimientos para la eliminación del mioma se encuentran la cirugía de ecogarfía guiada por resonancia magnética, tratándose de una técnica no invasiva dirigida a los fibromas uterinos que están en el útero. No requiere de incisión, realizándose de forma ambulatoria. Además, existen otros métodos mínimamente invasivos, que permiten destruir los fibromas sin necesidad de extirparlos mediante cirugía, como son: la embolización arterial uterina, la ablación por radiofrecuencia, la miomectomía robótica o laparoscópica, la miomectomía histeroscópica y la ablación endometrial.

Por último, cabe mencionar los procedimientos quirúrgicos tradicionales, entre los que se encuentran: la miomectomía abdominal y la histerectomía, que se llevarán a cabo en función de la complejidad de la situación de la mujer respecto a los fibromas uterinos.

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